viernes, 28 de octubre de 2016

El debate del cambio horario. Un clásico

La conciliación también tiene sus clásicos. No sólo va a ser el fútbol, o la literatura o la filosofía…

Y esto del cambio de horario en otoño y primavera es uno de ellos. Cada año la misma historia, cada año la misma cantinela y obviamente no hacemos nada nuevo año tras año.


Este año se ha incorporado al debate, algunas Comunidades Autónomas que son las salsas de todos los platos. Aquí, en vez de California que es como España en extensión, PIB y población, tenemos a La Rioja o la Cantabria del Revilluca, que en USA tendría medio senador y unos 16’’ al año para expresarse, pero es ¡la consolidación democrática!

Ahora Cataluña que tiene ínfulas de país europeo “superguay”  aparte quiere un horario y tiene ya su Comisión Parlamentaria y su proceso para definir su horario que todo apunta a que sería GMT en invierno y GMT+1 en verano. Baleares y Valencia aludiendo al turismo, desean estar en GMT+ 2 todo el año.  Qué digo yo… ¿qué turismo  va a Baleares y a Valencia? ¿Alemanes y resto de europeos no? pues que no se quejen que en sus países anochece bastante antes. Una cosa es ser servicial, orientarse a resultados y otra….servil.

No hemos preguntado a las otras CCAA’s pero ¿qué apuestan a que cada una desea una cosa distinta?
Esto es un follón, ciertamente ingobernable.

Cuál es mi propuesta que repito año tras año…

Quedarnos en GMT+1 todo el año y convencer a nuestros vecinos que no queremos modificar la hora en primavera y otoño. Y no queremos, porque eso es un invento de la Europa del Este y Central que a nosotros nos incomoda y no nos genera ¡ni un euro de ahorro!

Si, ya sé que han oído que con el cambio de hora ahorraremos no sé cuántos millones y megavatios…. No hagan caso, en invierno tenemos 16 horas de oscuridad y da igual donde “pongas la ventana” de horario de actividad, ya que siempre una parte nos cogerá de noche, bien por la mañana o bien por la tarde. Y lo contrario en verano.

¿Y por qué digo GMT+1 y no GMT que es la que nos correspondería “más” por nuestra ubicación geográfica que como saben es próxima al meridiano de Greenwich?

Pues porque alguna concesión hay que hacer a nuestro vecinos del Club UE.

Yo prefiero estar alineado con Francia y resto UE (les recuerdo que U.K. no será UE en breve) y “desalinearme” con Portugal que al revés!!

Creo sinceramente que es el horario menos malo de todas las posibilidades que se nos ofrecen,… y desde luego en un país tan pequeño. Por Dios! Evitemos que cada CCAA tenga el suyo!! Esto puede ser un caos cambiando la hora en Soria para pasar a Zaragoza.

Conciliator 2.0 has been here!!

Que la fuerza os acompañe!!

viernes, 21 de octubre de 2016

Mi 'exiguo' permiso de paternidad

Ahora que las noticias de los últimos días hablan del tema (leer noticia) y que los partidos políticos parecen haber descubierto la parentalidad en sus vidas y van haciendo propuestas a diestro y siniestro (que si toma meses por aquí, que si cheques bebés, que si… yo que sé!) quiero recordar en mi ‘Diario de un Conciliator’ (que también podéis leer en la revista Capital Humano) mis permisos paternales o, mejor, mis ‘exiguos’ permisos paternales.

Cuando el mundo civilizado habla de varios meses de permiso para el padres, cuando los más avanzados de la clase hablan, incluso, de aumentar el permiso y ¡superar al de la madre!, en España continuamos con nuestro 2+13, es decir, 2 semanitas que dan para coger la marcha a esto de la paternidad y… poco más.

Sin llegar a pretender adelantar a los nórdicos, siempre ellos tan avanzados y tan rubios, todo lo que no sean 4-6 semanas para el padre y , sobre todo, dedicar tiempo en solitario al alien… ¡no me vale!



Y de ahí… para arriba. Así tomaremos plena conciencia de lo que va esto, de las dificultades de ser padre, pero, sobre todo, de las bondades. Porque ser padre es la mejor experiencia de tu vida y que no se puede premiar con dos días como si fuera un concurso de redacción.

Porque sí, porque algunos millennials, que me están leyendo, deben saber que mi generación tuvo 2 días de permiso parental. De hecho, con la segunda me tocó el parto un viernes y el lunes me tocó trabajar como un campeón. Eso sí, según llegabas a la oficina, te tocaba pagar los cafés de toda la tropa al grito de ¡valiente!, sin olvidar la mísera desgravación del IRPF… Hacienda… ¡Qué triste!

En tus dos míseros días, tenías que hacer de ‘tó’… el Registro Civil, el pediatra, que si la comida de las visitas, que si la compra en la farmacia… Si no fuera por las endorfinas de ser padre estarías… ¡frito!

Salías corriendo del trabajo, ahora que soy padre tengo nuevas y mayores responsabilidades, tengo que conciliar y, arriesgando lo que no está en los escritos, armándote de un valor infinito, cogías la puerta y salías a las 18.30, que, por cierto, era la hora oficial, que no te estaban regalando nada… pero acababas oyendo al jefe graciosillo diciendo ‘¿Qué? ¿Hoy media jornada, no?’ Me reitero. A las 18.30.

Y corriendo como alma que lleva al diablo te presentabas en tu casa a las 19.30 al grito de ‘¿Qué tal las cacas hoy? Pues eres un padre responsable y, además, te pedías el baño de las 8, que es el único en el que podías contribuir.

En todo ese proceso con la lengua fuera se te olvidaba preguntar por la madre que siempre es la mayor ‘perjudicada’ en estos temas. He dicho que era un padre responsable, no un… ¡marido responsable!


Con todo y con eso. Yo lo tengo claro. Volvería a repetirlo. Pero, eso sí, con un permiso parental como merecemos. 


El Corona “reina” en el teletrabajo ¡Gloria al rey COVID19!

Tenía que ser algo minúsculo y despreciable como el Covid19, alias “Coronavirus”, el que se llevará la partida. Ni siquiera es un ser unic...