De premios, certificados y otras lindezas.
Diferencias entre un premio y una certificación rigurosa.
La diferencia fundamental entre un premio y un certificado,
es que un premio reconoce una actitud, unos hechos, en pasado y un certificado pone el foco en el futuro a través de la mejora continua.
El que yo reciba un premio por prestigioso que sea,
imaginemos un Oscar, no presupone nada, o presupone muy poco de cómo va a ser
mi próxima película.
Otra característica fundamental es que a nadie, y digo a
nadie le retiran un premio que le haya sido otorgado con anterioridad aunque su
comportamiento habitual pareciera indicarlo, Santa Rita, Rita, Rita,....lo que se
dá no se quita.
Sin embargo, un certificado si se retira, o….. debiera
retirarse,
Un certificado responde a una gestión continuada
habitualmente orientada a la mejora continua. Un certificado es una película y
un premio es una foto de un momento concreto. Un certificado nos da información
de la gestión del compromiso, y un premio no, un premio es algo más puntual.
Premios los hay
buenos y malos. Entre los buenos, el Nobel por supuesto, hasta que hace unos
años le dieron el de la Paz a D. Barack.
Manda hue....!!! Pero un error lo tiene cualquiera. Otros.... El Príncipe de Asturias, el Cervantes, etc.
Para los malos me falta espacio. ¿Cómo se construye un
premio ”malo”?
Como quiero tener notoriedad y la publicidad corporativa
está de capa caída y cada vez es más difícil lograr un posicionamiento de
marca, me invento unos premios, que seguro habrá quién lo desee recibir.
Creo un Jurado o Comité con Presencia honorífica y no real
de alguna personalidad, y resuelvo el tema de a quién se lo damos en un
almuerzo. Si no se presenta nadie cosa que ocurre más frecuentemente de lo que
pudiéramos imaginar, pues llamo a cuatro y les digo....¡Te ha tocado! Quién se va
a resistir en este País a ser adulado,...desde luego yo no.
A partir de ahí y en
función del presupuesto elegiré emplazamiento, periodista famosillo para
conducirlo......y poco más. Por cierto, no podía imaginarme la de premios que
existen y lo que supone para los periodistas televisivos y radiofónicos. Un
extra nada desdeñable ya que te pueden pedir 3000 – 4000 € por un par de
horitas y quedarse tan frescos...
No quisiera concluir este apartado de premios “flojos” sin
aludir a una característica esencial del premiado....Su relación comercial o
contractual con el premiante de una u otra forma. Fulano con lo que te contrato
cada año “imagino que me premiarás”. Por supuesto, y por cierto tengo algo más
que ofrecerte...
Certificados los
hay como los premios, buenos, regulares y……detestables.
Empezando por decir, que todo puede ser certificable.
Podríamos establecer dos grandes categorías:
- Los denominados de tercera parte, los más conocidos, los ISOS que siguen una serie de directrices y requisitos, especialmente de objetividad e imparcialidad recogidos en la norma Internacional ISO 17021. OJO! Estos pueden ser tanto públicos los denominados ISOS, UNES, etc como privados (efr, PECF, Industria Aeroespacial, etc) la calidad no dependerá de su carácter público o privado.
- Resto. Habitualmente trabajos de consultoría típicamente de segunda parte, sin ningún criterio de objetividad e imparcialidad que “se agarra” al concepto de certificación porque les parecerá “cool”.
¿Cómo distinguir un certificado de los “buenos” de los
“malos”?
En una certificación de la “buena” debe existir:
- Una norma o referencial pública y de calidad que contenga los requisitos y especificaciones y que se elabore y revise con participación de las partes o stakeholders. Este documento debe ofrecer la máxima seguridad jurídica.
- Un conjunto de normas y procedimientos adicionales que regulen el funcionamiento y las “reglas de juego” con objetividad y transparencia como la entrada y salida, el “aprobado” etc.
- Una entidad de prestigio propietaria de la norma, de la propiedad intelectual, que vele por su rigor y mejora continúa.
- Una entidad de certificación independiente (third body) sometida a criterios de competencia técnica, calidad e independencia, que actúa de forma independiente al resto de partes, que a su vez es supervisad pro la entidad propietaria de la norma o modelo.
Estas cuatro características pueden no ser suficientes para
construir un certificado excelente, pero desde luego son CONDICIÓN NECESARIA.
Sucede que en este país de manera más acusada que en otros,
nos gusta coleccionar sellos.
Hay un interés filatélico desmedido!! Y así nos
va…Recordemos el Forum Filatélico!! Cuántos más mejor y cuanto más fácil sea
tener el logo…MEJOR!!!
Como los niños en el patio y los cromos... si le, si le, …
no le!!! Ese no lo tengo, lo quiero AH!! Que hay que trabajar duro, demostrar
mejora, comprometer a mi dirección. Entonces, No mejor sigue enseñándome otros
“facilones”!!!
Deberíamos tener un poco más de cuidado y rigor al a hora de
exhibir nuestros logos corporativos. No es lo mismo un premio que un
certificado y no es lo mismo un certificado bueno que uno malo!! Y peor aún no
es lo mismo un logo de que pertenezco a una asociación o club que lo anteriormente
descrito.
Si lo mezclo todo, y lo ofrezco a la ciudadanía tipo totum
revolutum, flaco favor a la profesionalidad y el rigor. Claro que yo parto de
la premisa de que la profesionalidad es un valor.
¡Qué la fuerza os acompañe!