viernes, 7 de enero de 2011

¿Quién es quién? Il trepatore

Definía (y definía bien) un buen amigo mío a nuestro trepatore como aquella persona que entrando detrás de uno en una puerta giratoria, es capaz de salir por delante.
Nuestro común amigo trepatore es un prototipo evolucionado cuyo software le confiere una única programación laboral ascender en el escalafón organigrámico a cualquier precio. Trepatore será capaz de sacrificar todo en su vida a cambio de este único objetivo el ascenso entendido como una mayor acumulación de poder corporativo. El fin es el cargo y no el medio.
Los trepadores presentan comportamientos complejos, tan complejos como sean los estilos de dirección de los jefes a los que quieren cautivar. Son por tanto camaleónicos y un tanto darvinianos en el sentido de que son siempre capaces de adaptarse a las condiciones del entorno corporativo que les rodean, aunque para ello ……… tengan que sacrificar sus valores y principios. Esta es sin duda una cualidad que les distingue, presentan una sorprendente y en muchas ocasiones falaz identificación con los valores de sus superiores. Que su jefe juega al golf, no dude que nuestro trepatore mejorará su handicap en unos meses, que es un friki tecnológico, trepatore trabajará para él identificando cuantos extraños gadgets pudiera existir en el mercado, aunque para ello debe conocer prototipos en fase de prueba y testeo.
Esta ausencia, o cuando menos excesiva relativización de principios, les hace ser despiadados en su entorno laboral. La combinación de un jefe dark worker con un subordinado trepatore, genera clones oscuros que perpetuarán este estilo de liderazgo sin complicación ética o moral alguna, de alguna forma contribuyen la perpetuación de los dark workers.
Las organizaciones donde existe una mayor proliferación de trepadores suelen ser aquellas muy piramidales y jerarquizadas, autoritarias y paternalistas como lo son muchas de nuestras empresas. Un caldo de cultivo ideal son los partidos políticos.
Como subordinados son cómodos de dirigir y aparentemente comprometidos. Su principal debilidad es precisamente su fortaleza, su actitud camaleónica. Hoy eres mi líder y ambiciono parecerme a ti, mañana encuentro otro líder con más poder jerárquico y ya no sé quien eres.
Como jefes son o pueden llegar a ser nefastos. Son a su vez, la voz de sus jefes y por tanto nuestra desprotección está asegurada. Jamás cuestionarán una orden por oscuros intereses que persiga, si con ello considera, que ganan posiciones en su imaginario escalafón.
Desde la perspectiva de la conciliación, su comportamiento es errático. Nuevamente dependerá del tipo de jefe al que imitan. Si este concilia lo harán, pero si como es mucho más probable no lo hace, ellos tampoco, siguiendo fielmente a su superior y aunque esto puede hacerles distanciarse de sus compañeros y de su pares.
Si su jefe es un trepatore muestrese firme en sus convicciones, quizá esto no le guste pero si trata de convertirse en otro trepatore conseguirá un diagnóstico de esquizofrenia. Un trepadore adaptándose a otro trepatore ¡sería más falso que un billete de 15 €!
El gran problema de los trepatore es que si tiene éxito en su estrategia y llegan a lo más alto, seguirán buscando un perfil para replicar. Será aquí donde la ausencia de firmes valores, principios y criterios más se hará notar conduciéndoles a ……… ¡su propia ruina!
Algunos consejos que pueden servir de ayuda para la trepatore detection:
-         Modifican su vestimenta (formas, colores, marcas, etc) para parecerse a sus jefes.
-         Practican iguales o similares deportes y comparten actividades de ocio con sus jefes.
-         Matan por poseer el mismo coche, a ser posible en la misma versión, color y tapizado.
-         Sienten náuseas por los sistemas objetivos de evaluación, ya que consideran que sólo su jefe puede opinar de su desempeño. Reniegan de las Direcciones de RRHH no desean “otras opiniones”.
-         Dicen “si” a cualquier propuesta que venga de su jefe por extraña o descabellada que parezca.
-         Su mayor ilusión: Una cena con su pareja.. ¡y por supuesto … con su jefe!
-         Son chivatos. Pruebe a emitir un comentario falso de su jefe y comprobará como le llega en unos instantes, aunque sea descabellado.
-         Se muestran voluntarios para recaudar el dinero preciso para el regalo de cumpleaños del jefe, apropiándose del mérito del acierto que no será difícil por el conocimiento que exhiben de su amado líder.

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