Su orientación al trabajo es absolutamente desproporcionada. Considera que el trabajo es lo principal y, a veces, único factor de felicidad y bienestar, infravalorando e incluso desprestigiando a aquellos que desarrollan una vida plena a través de diferentes vectores como familia, amigos o voluntariado.
Su estilo de dirección es rígido, sin embargo, nada flexible y poco participativo, orientado al corto plazo. No confía en las TIC salvo para ejercer supervisión y control, utilizando perversamente su herramienta más temible: la PDA denominada 'blackvader'. Domina a la perfección las técnicas psicológicas de sometimiento, desorientación y desequilibrio emocional.
Gran manipulación de la fuerza a su antojo, que no es otro que el que interprete de sus superiores, no duda en obtener resultados que él considera 'corporativos' a cualquier precio. El mobbing, el estrés, el síndrome burn-out son para él... ¡chorradas de niñatos inmaduros!
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