viernes, 13 de marzo de 2015

Sobrepeso por conciliación


Antes de esto, déjenme que les advierta de un error muy común para muchas organizaciones es bo realiar  una gestión profesionalizada de la conciliación, tipo efr, sino que aplican el modelo de gestión denominado por mi madre (que es muy sabia): “si sale con barba, San Antón y si no…..la Purísima Concepción”, o lo que es lo mismo yo siembro de todo que algo saldrá. Oye! Y cuando había mucha pasta hasta funcionaba!!


¿Existen organizaciones con exceso de “peso conciliador”?

¿Cómo podemos detectar el hartazgo en conciliación? ¿Es posible una dieta de adelgazamiento?
Por supuesto que en este ámbito se “puede morir de éxito”” y que puede resultar tan pernicioso el exceso, como el defecto.

La clave a mi entender es qué consideramos exceso.


La conciliación debe estar profundamente enraizada con el negocio, con la actividad, lo que a su  vez tiene que ver con el sector, con la competencia, con el ciclo de madurez de la empresa, con el margen operativo, etc.

Y también con las personas (edad, género, nacionalidad, credo, discapacidad, etc), por supuesto.
No veo por qué una cosa debe impedir la otra.

¿Qué sucede? Que algunas organizaciones van a un sarao a escuchar a alguien loando sus excelencias y lo trasladan si más, así sean los de NASA en su sede de Houston, luego claro…..

Nosotros nos resistimos cada vez más a enviar nuestro documento “1000-1 recetas para conciliar” y que contiene un compendio de TODAS las medidas de conciliación de las efr (más de 950) porque existe una tendencia a utilizarlo como checklist, en plan….la tengo, no la tengo,… o como los cromos en el patio,….sile, sile, nole, nole…

Una buena gestión parte de una correcta detección de necesidades y expectativas y de un alineamiento con el negocio o la actividad que se desarrollan, sólo así llegaremos a una conciliación SOSTENIBLE.

Por tanto, no hablemos tano de EXCESO como de ERROR EN LA ORIENTACIÓN Y EN LA GESTIÓN.

Ahora bien, ¿qué sucede cuando una organización engorda en conciliación más de lo debido?
Pues que la dieta se complica mucho, digamos que en conciliación es mucho más fácil engordar que adelgazar como también sucede en nuestras vidas.

Si además el dietista es el del sindicato, ¡apañados estamos!.

No señora, si yo no le veo gorda,…y venga a ingerir…y el otro ¡Cada día que pasa está usted mejor!
Esto le ha podido suceder a algunas organizaciones tipo Cajas de Ahorro en nuestro país. Ahora con obesidad mórbida.

Por tanto, y para ir rematando…..

Existen organizaciones con sobrepeso conciliador, lo cual no anula la máxima de que en España existe una clara apetencia y necesidad por la conciliación derivada a su vez de un importante déficit por un estado del bienestar incompleto.

Una vez que se produce el sobrepeso es verdaderamente complicado adelgazar porque el marco laboral existente (aunque ahora menos con la Reforma Laboral) y las  Relaciones Laborales, cuando están sindicalizadas, lo complican hasta en ocasiones impedirlo.

El sobrepeso conciliador más que una consecuencia del que el alimento (conciliación) es nocivo, tiene que ver con el método de la ingesta, es decir, con errores de base, y de enfoque que llevan a una gestión deficiente o incluso inexistente que provoca esta patología.


Que me sean desmesuradamente felices!!!!

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