Yo he podido vivir en primerísima
persona la llegada y el adiós de un ser querido.
Y no puedo utilizar el verbo
disfrutar,…obviamente.
Pero sí puedo y quiero decir, que
en estos momentos la conciliación que se me facilitó me ayudó considerablemente
y, me permitió ejercer con mi responsabilidad y mi deber, como persona adulta y
comprometida, como un ciudadano responsable en definitiva.
Dos momentos bien distintos. Emocionalmente
intensos, los más intensos que he podido vivir. El hola estás aquí para
cuidarte, para enseñarte, y sobre todo para quererte por encima de todos tus
errores y dudas. Hola fija, soy papá, y, también el adiós papá,…te he querido
como a nadie en este mundo, te lo debo todo, si soy alguien y algo es por ti,
ahora toca decir adiós, ve en paz!
Ya he aludido en otras ocasiones
a mi pobre conciliación en el nacimiento de mis hijas, eran otros tiempos sin
duda y yo distaba mucho de ser un conciliator 2.0, me encontraba entonces en lo
más profundo, en la oscuridad más intensa de mi etapa dark worker a finales del
siglo pasado.
Hablaré ahora porque no lo he
hecho nunca (hasta ahora no he podido) de mi conciliación para el adiós, y ya
desde mi etapa conciliator.
Fue un cáncer, vil y rastrero.
Pero tardó en dar la cara, hasta entonces pruebas y más pruebas,
hospitalización, noches en las que hay que turnarse, el drama y la organización
consiguiente.
Mi conciliación resultó de la
siguiente forma:
- Decidí como quería afrontar este momento que es siempre el inicio de una conciliación exitosa. No esperé a que mi empresa me dijera cómo. Yo lo decidí.
- Decidí ir a mi ciudad natal 3 días en semana, concretamente miércoles, jueves y viernes. Pasaba 2 o 3 noches con él. Me centraba en atender y convivir y, sí atendía llamadas, leía whatsapp la mayoría de apoyo, y respondía mails como no, el día es largo y necesitas oxigenarte de forma distinta.
- Trabajaba con la normalidad que podía lunes y martes, y dedicaba a mi familia, el fin de semana, siempre pegado al móvil para conocer novedades que en la mayoría de los casos eran malas noticias, y me iba hundiendo emocionalmente.
Tanto es así, tanto “funcionó” la
conciliación que fui yo la persona que vivió sus últimos instantes. La
conciliación me permitió despedirme como había imaginado y deseado.
Esto también es conciliar, verdad
papá??
Conciliator 2.0 has been here!!
Que la fuerza os acompañe!!
Conciliator 2.0 has been here!!
Que la fuerza os acompañe!!
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