viernes, 13 de septiembre de 2019

Nuestros hijos y los llamados MENAS



Somos (los babyboomers y también los más veteranos y los llamados X Gen), unas generaciones que hemos podido presenciar un cambio muy significativo en lo que a crianza y parentalidad se refiere.

Hemos vivido y observado un periodo, el de nuestro desarrollo, en el que el modelo preponderante era que el varón, nuestros padres, trabajaban incluso en dos o tres sitios , mientras nuestras santas madres se ocupaban del hogar, pero del HOGAR con mayúsculas.

Han habido cambios, ahora el modelo preponderante es el de doble ingreso, por ello nuestros hijos tienen mejores niveles educativos, muchas más posesiones materiales y también menos tiempo con sus progenitores.

No obstante, nos esforzamos verdaderamente en SER BUENOS PADRES.

De verdad que lo creo, nos sabemos muy bien la teoría, muchos padres acuden al psicólogo con sus hijos, o terapeutas, realizan curso de aprendizaje para ser mejores padres y educadores como los denominados “escuelas de padres”.

Sabemos cómo hay que responder, sobre la importancia del refuerzo positivo y el reconocimiento, sabemos en definitiva muchas cosas para las que tenemos poco tiempo que aplicar y esto quizás sea el elemento diferenciador de nuestras generaciones.

por otra parte, nuestros hijos están empezando a convivir de verdad con la inmigración. En nuestro caso el único elemento de diversidad étnica o de nacionalidad eran los gitanos por aquel entonces, o en mi caso las personas de color en Zaragoza al tener una base área norteamericana en la ciudad, pero, poco más.

Hoy nuestros hijos conviven, van a clase, frecuentan los mismos espacios que los inmigrantes que aunque de media y simplificado podríamos decir que son un 10-12% del total de la población, la estadística nos confunde una vez mas, lo que en algunas zonas no superará el 1% y otros será del 40 o incluso 50%.

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Sobre esta inmigración mucho se ha escrito, y en particular sobre el último fenómeno, los denominados MENAS o menores extranjeros no acompañados,  muchos de ellos, africanos.

Me sorprende mucho que mis amigos a su vez se sorprenden mucho de los problemas derivados por estos grupos, .. Como yo siempre digo: “el esfuerzo”, el dinero, la dedicación, el amor y cariño, el control y supervisión que dedicamos a nuestros hijos y aun así un porcentaje de ellos se desvían.¡Cómo no va a haber problemas con los MENAS!
¡Son niños y jóvenes desarraigados sin afecto y control familiar! Habitualmente en situaciones límite  y  desesperadas.

A mí me enseñaron y lo he visto en mis propias carnes, la importancia del afecto familiar especialmente entre 0 y 3 años. Es ahí donde se forjan características del carácter y posterior comportamiento muy muy importantes, como la autoconfianza, la autoestima, el autocontrol. ¡Esto está estudiado y descrito!

Estos pobre chavales que en muchos casos no han vivido nunca  en entornos de afecto y protección, para los que las reglas son las de “la calle” y “la pandilla” es decir, en muchos casos, la fuerza y la violencia. Es “normal” que un porcentaje de ellos no sientan empatía alguna por nosotros y nuestra forma de ser, es normal observar rasgos de psicopatía en algunos de ellos, es normal.

Debo deciros que a mí no me extraña nada todo lo que está pasando y aquí como dice la Biblia, “Vendrán tiempos peores”, sólo hace falta viajar a París para darse cuenta. Entonces comprendamos que lo que hacen estos MENAS es lo “normal” lo normal entendiéndose con su bagaje afectivo, y por tanto no nos sorprendemos.

¡Nos los dejemos tirados en la calle pues os prometo que no se van a leer el BOE, no se van a sentir concernidos por nuestras leyes!

Pero también hay que decir que tenemos derecho a protegernos y a proteger en nuestros hijos de este fenómeno, dejémonos de populismos, nadie quiere (nadie en su sano juicio) que su hijo/a se una a este tipo de pandillas digan lo que digan lo políticos, y otros demagogos.

La inmigración es absolutamente necesaria de la misma forma que es absolutamente necesaria controlarla.

No podemos meter en nuestras casas a un león africano pues se comportará de acuerdo a las reglas aprendidas en su manada, nos pongamos como nos pongamos, tendremos que adiestralo.

De la misma forma tendremos que activar urgentes medidas para educar  e  integrar a los inmigrantes que vienen a nuestro país, pero eso sí, quieran o no, no es una elección! Hemos construido un continente, un país en el que los derechos humanos y la democracia, el respeto a los demás y en especial a los más vulnerables es norma de la casa! No podemos tirarlo a la basura!

Conciliator 2.0 has been here!

Que la fuerza te acompañe!

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